TAREA 2: ¿Qué es la ciencia?

Leyendo los diferentes textos propuestos no he podido evitar pensar en el síndrome del impostor que nos afecta a los estudiantes de doctorado. En ocasiones, ese síndrome se intensifica especialmente en quienes pertenecemos a las Ciencias Sociales a través de las preguntas: ¿somos realmente científicos? ¿es ciencia lo que hacemos?

En mi caso, siempre he percibido la ciencia y la investigación como una forma de estar en el mundo y de aproximarse a la realidad, con el objetivo de conocerla, analizarla y obtener conclusiones sólidas enfocadas al desarrollo humano. Esa actitud de la que habla Tomé (2017) me ha permitido percibir la forma en la que mi manera de relacionarme con los fenómenos de la realidad se ha ido transformando a través de las formaciones, lecturas, actividades y experiencias, incluida la visión de los meses anteriores.

Esta percepción también la veo reflejada en el texto de Ruy Pérez (1995), cuando habla de la búsqueda de la verdad, la comprensión de la naturaleza. Además, la reproducibilidad y la necesidad de consenso me resultan esenciales para el carácter incremental que define al conocimiento científico. Al encontrarme en pleno desarrollo del Estado del Arte para concretar mi Pregunta de Investigación, me he ido haciendo especialmente consciente de la importancia de conocer trabajos previos para evitar la repetición, buscar la inspiración y encontrar oportunidades de contribuir a la comunidad científica. A todo esto, le añadiría la flexibilidad y la humildad como rasgos esenciales del investigador a la hora de ser capaz de desandar y rehacer caminos durante su proceso.

En cuanto al texto de Bright Wilson Jr. (1990) sobre los métodos, me interesa especialmente el apartado de los errores más comunes, ya que refleja algo que el post de Aproximación vectorial también pone de manifiesto: aquello que no constituye a la ciencia frente a lo que sí lo hace. En muchos casos, nos resulta más fácil definir y comprender un objeto por lo que no lo caracteriza, y he podido entender que este es un aspecto esencial de la investigación. Al menos en Ciencias Sociales.

En lo que respecta al sesgo y su deconstrucción, creo que poner en cuarentena la propia cultura, valores e ideologías, son un parte de un proceso altamente complejo, aunque esencial, que todo investigador debe atravesar para desarrollar el pensamiento y la actitud críticas como principal rasgo de distinción frente al gran público. La justificación de la que habla Tomé (2017) proporciona una valiosa herramienta a la hora de definir y razonar los compromisos teóricos y prácticos que adquirimos.

Figura 1: Proceso formativo desde la etapa escolar hasta la contribución científica (FUENTE: Las Heras, 2025)

Por otra parte, especialmente en etapas iniciales de la investigación, creo que otro error frecuente es la tendencia a creer que nuestra investigación cambiará el mundo. Hace unos meses tuve la fortuna de asistir a un curso impartido por el profesor Jon las Heras (UPV/EHU), en el que compartió con nosotros una serie de gráficos que me permitieron ver con claridad el lugar que una tesis doctoral ocupa en el ámbito científico y en un área de investigación en concreto (Figura 1). Creo que todos los estudiantes de doctorado deberíamos tener este gráfico cerca y mirarlo de vez en cuando.

En lo que respecta al texto de Alfonseca (1999), por la vía colectiva que investigo como solución a la adaptación y mitigación del cambio climático, estoy bastante alineado con el crecimiento y la necesidad de expandir de esta tendencia tanto en el ámbito científico, como en otros sectores de la sociedad. Especialmente en un contexto social, político y cultural polarizado que tiende a individualizar el éxito y el fracaso desde el falso mito de la meritocracia. El escepticismo es, a mi parecer, el gran desafío de la ciencia a la hora de hacer llegar el conocimiento a las personas. Mediada por agentes de la comunicación con intereses y compromisos particulares, es una de las grandes dificultades a las que creo que la ciencia se ha enfrentado históricamente. Por lo que respecta a la hipótesis del agotamiento teórico que vive, creo que en las infinitas posibilidades que brindan los diferentes enfoques, métodos, aproximaciones y herramientas favorecen la aparición de discusiones inéditas entre puntos de vista. El carácter sistemático mencionado por Tomé (2017) brinda herramientas para ampliar los debates desde el rigor, especialmente en las fases de revisión bibliográfica o discusión.

En lo que respecta al post de Aproximación vectorial y en relación con mi tesis sobre el cambio climático, me ha llamado la atención especialmente el apunte de que la ciencia no es solución a todo. Esto enlaza con otra problemática actual, en la orilla opuesta al escepticismo, como es el solucionismo tecnológico respecto a la crisis ambiental, también denominado tecno-optimismo  o tecno-salvación. Una parte importante de la sociedad ha abrazado este tipo de actitudes para eludir responsabilidades individuales, colectivas e institucionales, ignorando que la ciencia, en muchas ocasiones, tiende a no ser neutral por los intereses económicos de sus stakeholders. Otra característica indicada por el post, “sector industrial con actividad económica”, refleja la posible existencia de esos intereses, así como sus riesgos.

En conclusión, creo que estos textos permiten reflexionar sobre la ciencia no sólo como un instrumento, un actor o un ámbito, sino como una característica inherente del ser humano de conectar con la realidad, comprenderla y tratar de encontrar soluciones a los desafíos que se le plantean. En este proceso, conocer las reglas, métodos y limitaciones es tan importante como ser consciente de las virtudes y las posibilidades que brinda.